Como su propio nombre indica, esta enfermedad es la elevación por encima del nivel normal de la presión de la sangre que circula por las arterias. Se considera elevada cuando está por encima de 140/90 en las personas adultas. Hay varias causas que pueden provocarla, entre ellos períodos de estrés y nerviosismo, el consumo excesivo de excitantes como el café o el tabaco, pero una de las causas más principales y que se repite en muchas dolencias es la mala alimentación llena de tóxicos y grasas saturadas y que taponan por así decirlo nuestras arterias produciendo obstáculos en la sangre y provocando la presión y la mala circulación en el sistema circulatorio.
Esta enfermedad en sus comienzos puede no dar síntomas pero si no se trata con el tiempo puede originar dolores de cabeza, mareos, vómitos y lo más importante, provocar arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias). El tratamiento fundamental de esta dolencia consiste en llevar una dieta equilibrada con un bajo contenido en grasas para evitar que estas se acumulen en las venas, pero algunas plantas medicinales que mejoren la circulación de la sangre y la depuren ayudarán mucho.
Hojas de olivo
Las hojas de olivo han demostrado en varios estudios reducir la presión arterial eficazmente y de manera segura además de ser beneficiosa en todas las afecciones del sistema circulatorio como el colesterol. La acción hipotensora se atribuye a la presencia de la sustancia oleaceína. Las hojas las podemos encontrar en polvo en formato cápsulas o también realizar una infusión con ellas.
Infusión de hojas de olivo para la hipertensión
Hervir en un recipiente la cantidad equivalente a una taza de agua, cuando empiece la ebullición añadir 20 gr de hojas de olivo y hervir 5 minutos. Apagar, tapar y reposar de 25 a 30 minutos. Colar y beber un par de veces al día.
Limón y ajo
Estos dos fieles compañeros de la cocina lo son también de la salud y no podía ser menos en la hipertensión. El alto contenido de vitamina C que contiene el limón ayuda a circular mejor a la sangre y eliminar en su camino todas las toxinas sanguíneas. Tomar un diente de ajo crudo y zumo de limón rebajado con agua habitualmente ayudará a reducir y regular la presión arterial.